Gillette, las ventas globales de unidades de hojas de afeitar cayeron a un ritmo anual de 1,5% cada mes.Frente a esto es que las empresas han tenido que reinventarse creando máquinas máquina para la «geografía masculina» como lo hizo Gillete o un concurso para buscar a «los mejores barberos de Santiago» en el caso de la marca Schick.