Mastretta MXT Tres Generaciones: Un proyecto automotriz

Autores: Miguel León Garza y Jesús Arturo Orozco Leyva
Área Académica: Dirección de Operaciones

Producir el primer automóvil deportivo concebido, diseñado y ensamblado en México, el Mastretta MXT, fue un proyecto que los hermanos Carlos y Daniel Mastretta desarrollaron en tan solo cinco años,  pero que se gestó desde su infancia, una época en la que su padre los montaba en el coche de carreras  –el Faccia Feroce– que él mismo había armado en su cochera, relata este caso de estudio elaborado por los profesores Miguel León Garza y Jesús Arturo Orozco Leyva, del Área Académica de Dirección de Operaciones del IPADE.

En ese entonces no imaginaban que cinco décadas más tarde serían reconocidos como los emprendedores del año en diversas publicaciones, entre ellas, la revista Expansión. Tampoco sospechaban que su compañía sería objeto de una controversia mediática y diplomática después de que su creación automotriz fuera criticada en el programa “Top Gear”, transmitido en la cadena televisiva inglesa BBC.

A unos meses de haber ocurrido esto y de haber presentado el MXT en el Auto Show de París 2010, la empresa de estos hermanos obtuvo alrededor de 100 pedidos para construir el vehículo, cuyo precio es de 57 mil dólares,  señalan los académicos del IPADE.

La idea de lanzar el auto deportivo mexicano surgió en Tecnoidea, dedicada a la fabricación de autobuses y automóviles desde finales de los años ochenta. La compañía diseñó más de 25 modelos para el Sistema Nacional de Transporte y se enfocaba en realizar prototipos y comercializarlos a bajo costo que destacaban por su funcionalidad, operabilidad y resistencia al uso rudo.

Entre 2005 y 2008, después de consolidar a esta organización como líder en su ramo, los empresarios  se plantearon su siguiente reto: construir un vehículo deportivo de dos plazas con motor central, chasis de aluminio y fibra de carbono con el que pudieran participar en el mercado nacional e internacional de autos de este tipo, se narra en el caso de estudio.

Para entonces, Daniel Mastretta ya era reconocido como el diseñador automotriz más prestigioso de México, mientras que su hermano Carlos también era una figura destacada, al haberse desempeñado como director comercial de Black&Decker y Crolls, dedicadas a los electrodomésticos.

Ambos enfocaron su carrera en la creación del coche, lo cual decidieron debido a tres razones, principalmente: su pasión por los autos, las ventas anuales que estos representan a nivel mundial y la existencia en el país de un sector automotriz altamente desarrollado, con una amplia base de proveedores y con personal altamente calificado.

“Desde sus inicios, el MXT fue concebido como un modelo enfocado al mercado de deportivos ligeros, buscando formas atrevidas y agresivas, pero también un alto nivel de eficiencia en el motor y con bajo impacto ambiental. Después de casi cinco años de desarrollo, el costo aproximado del proyecto no había sido mayor a seis millones de dólares. Además de los Mastretta, el proceso también había sido financiado con apoyos del Fondo de Emprendedores del CONACYT-NAFIN y de un fondo de capital privado: LatinIdea Ventures. De acuerdo con Carlos, no se habían presentado mayores complicaciones a la hora de encontrar a los socios adecuados, pues afirmaba que en México había más dinero listo para ser invertido, que proyectos viables”, apunta el caso.

En su investigación, los profesores del IPADE revelan que a nivel operativo el plan siempre se consideró factible, pues el proceso contempló el reclutamiento de personal altamente calificado en la manufactura de extruidos, inyección de plásticos y soldadura, para trabajar en una planta industrial establecida en Tolloacan, a las afueras de Toluca, en el Estado de México.

En cuanto al proceso de manufactura, los académicos detallan que el chasis se fabrica uniendo los extruidos y las hojas de aluminio con un potente adhesivo derivado de la industria aeroespacial. El ensamble se lleva a cabo de forma secuencial, en varias estaciones de trabajo. “La estructura se monta sobre un bastidor móvil que facilita el movimiento entre cada estación. El MXT cuenta con alrededor de 1,800 piezas diseñadas especialmente y fabricadas en áreas especiales, a través de inyección de plásticos y torneado”.

Los autores califican estos métodos como “altamente artesanales”, pues requieren de 600 horas-hombre para concluirse, así que los hermanos Mastretta se plantearon producir, al menos, 100 unidades durante el primer año. Para comercializar el auto, organizaron pruebas de manejo en pistas privadas, cerca de la planta. Los clientes debían pagar el 50% del costo, como anticipo, para iniciar el proceso de fabricación.

La comercialización de este producto de lujo se sustentaba en varios datos de ventas y actividad de la industria automotriz. Los profesores del IPADE señalan que, en 2010, México se ubicó en el quinto puesto a nivel mundial al exportar 1.87 millones de autos, detrás de España, Corea del Sur, Alemania y Japón. La participación de este sector contribuyó con el 20% del valor de las exportaciones totales ya que, en el país, uno cada cinco vehículos se venden al extranjero.

“La industria automotriz se encuentra en una posición de cambio y oportunidad, en la que la innovación y la ingeniería ocupan un lugar destacado. Los cambios tecnológicos, así como las nuevas tendencias de consumo y producción, plantean una reconversión total en el sector, en donde los fabricantes de nuevo ingreso habrán de sorprender a las empresas tradicionales con una visión diferente”, plantean los autores del caso de estudio.

Publicado por thinkcreativeidea

Marketing & Advertising Teacher blogger. Entrepreneur, Consultant, Director Think Creative Idea. Urban Ninja trend hunter. http://thinkcreativeidea.net

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