España está de moda. No sólo ganaron por primera vez la copa mundial de futbol en 2010.Rafael Nadal, ese prodigioso tenista, ganó nuevamente Wimbledon en 2010 (la primera vez fue en 2008). Labores individuales y labor de equipo. Son buenas noticias, especialmente cuando se pasa por momentos económicos difíciles, como le sucede a España. ¿Podemos aprender algo de Nadal? Por supuesto que se aprende, y mucho. Se trata de un ejemplo clarísimo de liderazgo. ¿De liderazgo? preguntarán algunos. ¿Pues a quién dirige Nadal? Bueno, dirige a alguien verdaderamente difícil; se dirige a sí mismo. El recientemente fallecido Dr. Carlos Llano, fundador del IPADE afirmaba que nadie es capaz de dirigir a los demás si antes no se sabe “gobernar” a sí mismo. Ya lo decían nuestras abuelas: “para saber mandar hay que saber obedecer”, y no se trataba –solamente– de obedecerlas a ellas, sino de obedecernos a nosotros mismos. Quien se sabe obedecer (lo que se manda) es capaz de mandar; quien sabe exigirse, puede exigir. Cuando se le cuestionaba a Llano sobre la entereza ante la adversidad, afirmaba: “… el líder en el desastre tiene que tener una cualidad fundamental: saber sonreír. El que sonríe ante la adversidad, es la persona que se gana a las personas y transmite serenidad, tranquilidad, sonrisa, disposición de ayuda”. Los que siguen a Nadal saben bien que ha tenido momentos adversos que ha enfrentado sereno, tranquilo, a veces hasta sonriente. Y Nadal nos da material de aprendizaje, alrededor de su liderazgo; consideremos cinco ideas de su vida, de su persona, de lo que él comenta (y de lo que se comenta acerca de él). Estas ideas fueron obtenidas de un caso de estudio escrito por el profesor Santiago Álvarez de Mon, del IESE, prestigiosa escuela de negocios europea. 1. No rendirse nunca. Afirma Rafael en el caso: «con los problemas y desafíos no se pacta, o los vences o te vencen». Y quienes lo conocen, señalan: “Rafa nunca se va del partido, no falla una bola; no acepta a priori ninguna limitación». 2. Hay que saber vivir con el error (y aprovecharlo). Afirma el campeón: » Creo que entrenaba mucho la cabeza, la capacidad de sobreponerte a las adversidades. Cuando fallaba un golpe, mi tío siempre me preguntaba lo mismo, (¿Por qué has fallado?). Es un ejercicio mental que entiendes perfectamente, así es mas sencillo rectificar y encontrar una solución…, Mi tío me ha ayudado a convivir con el error, es parte del aprendizaje, tengo que aceptarlo así. A la hora de pasar página y no quedarme bloqueado me sirve tener una mentalidad positiva. Si te torturas en un punto importante eso te puede costar los cinco siguientes… Cuando te hundes por un fallo, es una presunción exagerada de tu capacidad… Lo normal es que falles, eres humano… Tengo toda la comprensión del mundo ante el error, cera a la queja, al victimismo, a la excusa.» 3. Aprender y evolucionar constantemente, siempre. Continua Nadal: «Lo que me preocupa es la evolución constante, si no progresas, los de abajo te pillan… a todos les llega su hora y les cambia su “status” el entrenamiento es el laboratorio donde se perfecciona la técnica, se trabaja el físico, se corrigen los errores, y así se avanza en la aventura permanente del aprendizaje.» 4. Ser (ser quien eres, no ser lo que haces y menos ser lo que tienes). Al respecto, Nadal muy claramente comenta: «Por mucho que lo quieras ser, si no lo sientes, o no lo llevas, no lo eres» y los que lo rodean lo confirman: «ÉI solo entiende ir a Wimbledon a ganar, jugará bien donde sea, lo que prima es su cabeza…, EI día que venga aquí (refiriéndose a Roland Garros), será para ganar». 5. Mucha Disciplina y trabajo duro (muchas horas intensas) – “trabaja al 200%” cuando le duele algo…, sigue trabajando”. “Ad Astra per aspera” afirmaba un viejo proverbio romano (una traducción libre sería: “a las estrellas por el camino más difícil” y, más libre, “el que quiera azul celeste, que le cueste”) la cosas que valen la pena implican sacrificio, esfuerzo, disciplina, fortaleza, templanza y buen humor. Mucho de ello lo aprendemos de Rafael Nadal. Es un muy buen ejemplo de lo que significa tener un buen liderazgo… sobre uno mismo. * El autor es Profesor del Área de Política de Empresa y Director del Programa de Alta Dirección (AD-2) en IPADE Business School.