José Manuel Agudo Roldán incursiona en la construcción de miniplazas comerciales, las cuales en un futuro tendrán departamentos.
FOTOGRAFÍA Cortesía Inmobiliaria 3 mil
Tras dejar la dirección general de Hipotecaria Su Casita, José Manuel Agudo Roldán decidió incursionar en la construcción de centros comerciales de barrio. Asegura que ahora el modelo a seguir son inmuebles de usos mixtos, pero en pequeño.
Por este motivo, junto con su hijo Juan Miguel Agudo Mille, decidió fundar Inmobiliaria 3 mil, empresa que se encarga de buscar el terreno, edificar la miniplaza y rentar las nuevas ubicaciones para marcas y franquicias en zonas con clientes potenciales.
Para 2012, la compañía espera agregar a la lista tres centros de barrio a los cuatro ya existentes, ubicados en Calzada de Camarones, Vasco de Quiroga, Avenida México-Tacuba y Eje Central. La forma se reservó el monto de las inversiones.
«Incluso utilizamos el aire», para en un futuro incluir departamentos de entre 50 y 70 m2 arriba de los locales, los cuales costarían entre 800,000 y un millón de pesos, explica Agudo Roldán, en entrevista con Obras.
Añade que la superficie de terreno promedio para instalar un minicentro comercial es de aproximadamente 700 m2, aunque lo ideal está entre 1,500 y 2000 metros. El número de cajones varía en cada caso.
Para fortalecer el negocio, la empresa introduce en la Ciudad de México la franquicia estadounidense ‘Church’s Chicken’, conocida en el país como ‘Pollos y más’, la cual ya comparte espacio en estas pequeñas plazas con marcas de la talla de Starbucks, Cielito Querido Café, 7-Eleven o Farmacias del Ahorro.
Inquilinos estrella
«Lo importante es el inquilino», comentó Agudo Roldán. «Si tengo una buena franquicia se aprecia mucho el centro comercial y la gente va en todo momento, por eso le apostamos a las de comida», agrega.
Pero Inmobiliaria tres mil deberá tener cuidado, pues cifras de Consorcio Ara indican que de cada 10 mini plazas o centros de barrio que se abren en la Ciudad de México y la Zona Metropolitana, solo cinco alcanzan a cumplir 10 años con los rendimientos esperados de origen.
Entre las razones están: mala ubicación, diseño y competencia desleal entre los comercios, por lo que los clientes prefieren ir con los vendedores ambulantes y tiendas ubicadas en viviendas que no cuentan con uso de suelo comercial.
«A los desarrolladores nos falta ir (a la ubicación), sentir a la gente y preguntarle sus necesidades», asentó Luis Ayestarán, director de Centros Comerciales de Consorcio Ara. Incluso, agregó que marcas como OXXO se van adaptando en tamaño y producto a lo que pide la gente.
Las zonas habitacionales las requieren, pero en corredores principales. Por ejemplo, la colonia Del Valle puede tenerlas, pero en ejes viales como el 7 o el 8, que tienen usos mixtos, no así en el interior de la colonias, argumenta Gabriela Quiroga, consejera de Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de la Vivienda Valle de México (Canadevi).
Agregó que lo mismo sucede en colonias como Lindavista, donde no se aceptan en su interior, pero sí en avenida Insurgentes o avenida Instituto Politécnico Nacional.
La experta recordó que estas plazas no pueden superar los siete niveles, pues tendrían que cumplir con los cajones de estacionamiento respectivos: por cada 30 m2 de plaza comercial se requiere un lugar para dejar un vehículo.
«No deberían de tener restaurante…, esto requiere un cajón de estacionamiento por cada 8 metros de construcción», puntualizó Quiroga, quien lamentó la competencia de dichas plazas hacia los mercados públicos locales.