Me resulta interesante y atractivo las condiciones en las cuales actualmente se sucitan en la FIFA después de la conferencia de prensa de Joseph Blatter en donde reconoció que el escándalo de sobornos que involucra a dos prominentes dirigentes de la FIFA ha “mancillado enormente” al futbol y rechazó que exista una crisis.
Blatter salió a hablar en otro día turbulento para la organización regente del futbol mundial, en la que trascendió que el número dos de la FIFA dio a entender que Qatar “compró” votos para obtener la sede de la Copa del Mundo 2022.
Claramente ofuscado, Blatter deploró la suspensión cautelar de Mohamed bin Hammam y Jack Warner, ordenada por la comisión de ética de la FIFA tras las denuncias de que dirigentes de la Unión Caribeña de Futbol recibieron 40 mil dólares por cabeza para respaldar la candidatura del primero por la presidencia de la FIFA.
Bin Hammam renunció después a sus aspiraciones, dejando a Blatter como único candidato en la elección del miércoles 1 de junio.
El escándalo se agudizó al extenderse a la votación del pasado diciembre en la que Qatar, el país natal de Bin Hamman, “compró” votos.
Pero Blatter dijo que “no hay problema” en la selección de Qatar como sede mundialista, sin importar lo que dijo el secretario general Jerome Valcke.
La FIFA, como institución, no es virgen en esto de las acusaciones por corrupción, el soborno, el arreglo de partidos y demás yerbas. Después de que Rusia se adjudicase la Copa Mundial del 2018 y Qatar ganase para si la edición 2022, las acusaciones de las naciones que perdieron, sobre todo Inglaterra, llegaron a la prensa. Una investigación realizada por una comisión parlamentaria británica acusó a los miembros del ejecutivo de la FIFA de soborno. El vicepresidente Jack Warner, que participó en la reciente investigación, está acusado de querer que el equipo que defendía la candidatura de Inglaterra 2018 financiase un centro de educación por US$ 4,1 millones en Trinidad y Tobago, mientras que al paraguayoNicolás Leoz, presidente de la poderosa CONMEBOL, se le acusa de buscar un título de caballero, según el Financial Times.
El Sunday Times, un periódico británico, publicó una investigación nombrando a 2 miembros votantes de la FIFA de vender sus votos por US$ 1.5 millones para que Qatar ganase su candidatura, un alegato que las Asociaciones de Fútbol de Qatar niegan rotundamente.
Los escándalos han eclipsado la que hubiese sido la coronación de Blatter para un cuarto y último mandato al frente de la FIFA.