El rebranding (frustrado) de GAP ha generado bastante revuelo. Los clientes se han revelado ante un cambio tan arbitrario y poco respetuoso con la imagen anterior.
Según la firma estadounidense, el nuevo logo no genera las respuestas esperadas (EEG yseguimiento ocular) en las categorías “estiloso” y “novedoso” de su sistema de medición. Lo que es más sorprendente para mí es que el Dr. Pradeep explica en su nota de prensa que el logo viola 6 de sus “neurological best practices“. Ellas son:
- Las sobreimposiciones tienden a hacer que el sujeto ignore la letra y se fije en las imágenes.
- Los bordes puntiagudos generan rechazo.
- Al cerebro le gustan las fuentes interesantes (un poco inusuales).
- El contraste entre el cuadro azul y la letra es insuficiente.
- Las letras minúsculas incitan hacia la búsqueda de significado en la semántica (gap=agujero).
- Pérdida de la herencia. Las memorias asociadas al antiguo logo se pierden por ser muy diferente del nuevo.
Es cierto que los ángulos rectos son arrogantes y las puntas que generan pueden ser un poco amenazantes pero… en algunos caso puede que sea eso lo que queramos transmitir, ¿no?